
El verano hoy de repente se convirtió en un leve recuerdo, mientras entre mis manos dejo caer la dulce arena hoy ya salada, mientras casi sin quererlo, empiezan a emanar en mi mente recuerdos de tiempos mejores, en los que tu sombra me cobijaba del tenue brillo de sol en aquellas tardes de Julio. Recuerdo cada momento, cada sonrisa alzada al mar, en acantilados muertos y descritos, imposibles de franquear, en aquellas tierras desiertas gobernadas desde lo alto de aquella torre que se nos quedó muy lejana, aquellos pasos sobre los que hoy camino, hacia atrás, con la ilusión contenida de poder recuperar un pasado, girar mi cabeza y encontrar esos brazos que me hicieron crecer, que me instruyeron y me animaron a no desfallecer nunca en mi lucha. Hoy miro atrás y rebobino mi cinta de película ya carcomida por el tiempo y la distancia, intentando que el pasado se haga presente y que el presente nunca deje de ser aquél Julio anhelado.